Soy un cazador que escribe, no un escritor que caza
El escritor practica la salida a la naturaleza con el rigor de un método.
Toda la aventura del escritor se reduce a una larga escapada a la naturaleza y una empedernida entrega a la escritura. Ambas actividades responden a la misma pasión: su tendencia solipsista.
Como a Pedro, el protagonista de La sombra del ciprés, le atormentó de niño la idea de la muerte y, por las mismas razones, tuvo una cierta dificultad para integrarse en la vida. Comenzó a escribir para librarse de estos demonios familiares y, desde entonces, la escritura y la naturaleza han constituido su pasión.
"Soy un cazador que escribe, no un escritor que caza", ha dicho para reivindicar la vertiente que pudiera parecer menos seria.
in Conversaciones con Miguel Delibes de Alonso de los Ríos